Pyongyang, 7 de enero (ACNC) -- La subjefa de departamento del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Kim Yo Jong, hizo pública el día 7 una declaración intitulada "Se buscarán desgracias irreparables con el mal juzgamiento, la conjetura infundada, la obstinación ilógica y la guapería".

Su texto completo sigue:

¿Cuál tragicomedia producen la extremada hostilidad y fiebre conflictiva?

Tal panorama lo escenificaron en vivo con sus acciones los gángsteres del círculo militar de la República de Corea.

El día 6, la Junta de Jefes de Estado Mayor de la República de Corea publicó que el Norte (de Corea) realizó los días 5 y 6 el fuego de artillería en las aguas marítimas del suroeste.

Al decir de ellos, el Norte lanzó desde las 16:00 hasta las 17:00 del día 6 en la parte noroeste de la isla Yonphyong más de 60 proyectiles que cayeron en la zona intermedia al norte de la "línea de límite al Norte" en el Mar Oeste.

Agregaron con guapería que advierten seriamente y exigen fuertemente al Norte el paro inmediato del fuego de artillería en la zona de prohibición de actos hostiles que amenaza la paz de la Península Coreana y agrava la tensión, y que el ejército tomará las medidas militares correspondientes si el Norte amenaza a los habitantes surcoreanos con el continuo disparo de proyectiles en la misma zona y responderá de manera aplastante en el llamado principio de reacción inmediata, categórica y consecuente.

Los medios de prensa de la República de Corea se rasgan las vestiduras haciéndose eco con sus planos y pantallas de ese comunicado de los gángsteres militares.

Estaría de más referirse a cuán susto se le habrá dado a la población de la República de Corea.

A estas alturas, parece que el Ejército Popular de Corea no tiene otro remedio que verse como "provocador y culpable principal de exacerbación de la situación".

Pero, ¡qué va!, nuestro ejército no ha lanzado ni un solo obús a la referida zona marítima.

Es que los gángsteres militares de la República de Corea tragaron el anzuelo que les hemos tirado.

Realizamos una operación engañosa para sondear la capacidad de detección real de ellos, que se portan con fanfarronada y bravura hablando a menudo de la "vigilancia con perseguimiento preciso" y "ataque al foco de provocación", y hacerles pasar una tremenda pena por la insistencia absurda que sacarían sin falta.

El EPC observó la reacción de ellos explotando 60 veces la pólvora de dinamitazo simulando la denotación del cañón guardacostas de 130mm.

Pasó lo que hemos previsto.

Juzgando mal como provocación de artillería al confundir la explosión de pólvora con cañonazo, ellos mintieron descaradamente que el punto de impacto de proyectiles estuvo en la zona intermedia al norte de la "línea de límite al Norte" en el Mar Oeste.

De hecho, no es nada nuevo el proceder ridículo de esos payasos en uniforme militar.

Son ellos mismos los que antes habían despachado los cazas confundiendo una banda de pájaros sobrevolando las aguas del Mar Oeste con un avión norcoreano e insistido absurdamente en que un batiente del baño arrastrado a una loma es "un drone norcoreano que invadió al Sur (de Corea)".

Ya que tienen tales antecedentes, tragaron de un tirón nuestro anzuelo sin tantearlo siquiera.

Me da lástima la situación de la población surcoreana que confía la "seguridad" en esos imbéciles sin una visión correcta y les paga enormes impuestos.

Sería 10 veces mejor encargar la "seguridad" a un perro con oído y olfato agudos.

¿A qué peligro se expondrá Seúl con más de 10 millones de población en el caso de ocurrirse un incidente imprevisto debido al mal juicio, conjetura infundada, obstinación injusta y guapería de esos gángsteres militares tan brutos?

El gato escaldado, del agua fría huye, dice un refrán.

No se sabe cuál bravura asumirán ellos al confundir una tronada en el cielo norteño con cañonazo del EPC.

Dejo en claro una vez más que ya fue quitado el seguro al gatillo de nuestro ejército.

Como hemos declarado, nuestro ejército responderá con el fuego inmediato a cualquier menor acción provocadora.

Ellos deberán tener bien presente que su última muletilla del principio de "reacción inmediata, categórica y consecuente" puede resultar la "muerte en el acto y en contra de la voluntad y el fin trágico" si siguen actuando con tal guapería.

Se buscarán desgracias irreparables con el mal juzgamiento, la conjetura infundada, la obstinación ilógica y la guapería. -0-