Descendientes del "ejército amarillo" deben actuar con prudencia: comentario de ACNC

Pyongyang, 7 de diciembre (ACNC) -- Sigue siendo grave también a finales del año la fiebre militar de Japón que había dejado disturbada la sociedad regional a lo largo del año.

Según trascendidos, Japón acordó hace poco con Alemania la suscripción del convenio de oferta mutua de artículos y manos de obra.

De esta manera, puede ampliar el ámbito de ese pacto que ha concertado ya con 6 países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Francia, Canadá, etc.

Lo que no se puede pasar por alto es que el convenio, orientado a ayudar libremente entre los países firmantes los artículos como alimentos, combustibles y municiones y las manos de obra, crea un espacio que facilita a ese país criminal de guerra, que admitió el "ejercicio del derecho a la autodefensa colectiva", el avance militar a ultramar liberándose del límite de "defensa exclusiva".

Ahora, Japón libra los ejercicios militares de diferentes rótulos introduciendo en su archipiélago y las periferias a todos los países suscriptores.

Como saben todos, al país isla, desarmado después de su derrota en la segunda guerra mundial, se le prohíbe poseer el mismo ejército, para no hablar del derecho a la beligerancia y la participación en la guerra.

Sin embargo, hoy día, se ha convertido en la fuerza agresora más peligrosa y se aferra enloquecidamente al aumento de la capacidad militar y al avance a ultramar con fuerzas armadas.

No cabe duda que impondrán a la humanidad tremendos desastres tales acciones de Japón, que no oculta ya ni un comino su intención de reagresión justificando sus crímenes de guerra de agresión.

En el pasado, había emprendido la agresión a ultramar bajo el amparo de las grandes potencias.

Ahora también se hace partidario entusiasta de la política hegemónica de EE.UU. y mete la nariz en distintos bloques militares existentes en la región hablando tanto del "Indo-Pacífico libre y abierto".

En tal contexto, incrementa las fuerzas armadas en los puntos favorables para la agresión al continente y reclama hasta la posesión de "capacidad de ataque a la base enemiga" pretextando la "defensa de islotes apartados" y "rescate", etc.

Los hechos demuestran que el objetivo de firma del convenio reside en realizar más fácilmente la ambición de reagresión al frecuentar aun más la salida militar al exterior.

En la reciente consulta para la firma con Alemania, Japón disparateó que impulsará la colaboración militar entre ambos países tomando en cuenta la RPDC y China.

Japón tiene el sucio intento de llevar al extremo la situación regional en contubernio con las fuerzas que obedecen a la estrategia hegemónica de EE.UU. y, por otra parte, marchar sin restricciones por el camino de establecimiento de la "esfera de coprosperidad de la gran Asia Oriental" circulando el rumor de que su territorio afronta la "amenaza más grave".

Pero, está equivocado.

Los países, que han sufrido los dolores y desgracias terribles en el pasado por culpa del militarismo japonés, observan atentamente la descarada conducta militar de Japón.

Los descendientes del "ejército amarillo" (tropa japonesa del siglo pasado) deben actuar con prudencia al ver bien la vehemente indignación de los pueblos asiáticos y la sociedad internacional. -0-

www.kcna.kp (2023.12.07.)