Durante su visita a una fábrica en julio de 2016, el estimado compañero Kim Jong Un pasó revista a la sala de control general.

Al ver la portada del sistema de producción integral que se proyectaba en una pantalla de gran tamaño, el Secretario General del Partido del Trabajo de Corea dijo con mucha alegría que se ha dado ya un gran avance en el sistema de ese tipo.

Un funcionario le explicó sobre un aparato de medición agregando que los obreros pedían a porfías instalarlo primero en sus máquinas.

Entonces, el estimado compañero Kim Jong Un se puso muy contento diciendo que el éxito real de una obra de modernización reside en el visto bueno de los obreros que manejan las máquinas.

El funcionario se puso colorado al pensar que no tenía una pauta fija de modernización considerándola como simple asunto económico de desarrollar en lo científico-técnico los procesos de producción y los equipos mecánicos.

El Secretario General volvió a instruir que cuando se presenten algunas tareas de modernización, hay que hacer primero la que haya sido aceptada por los obreros.

Escuchando sus instrucciones, el funcionario volvió a grabar en la mente que las demandas e intereses del pueblo son la norma absoluta de todos los asuntos. -0-