Un día invernal de 1964, el Dirigente Kim Jong Il llamó a un funcionario para preguntarle el remedio para resolver el problema de tránsito de la capital.

Cuando el funcionario le contestó que presentará el proyecto de medidas después de una semana, el Dirigente le propuso ir a pedir el consejo a los maestros a las 20.

Aquella noche, el Dirigente tomó el autobús junto con ese funcionario para escuchar con atención las palabras de los ciudadanos y aceptó las opiniones de los reparadores de ómnibus.

A la madrugada del día siguiente, entregó a su acompañante el proyecto en que están reflejados el contenido de diálogos de los usuarios y las opiniones de los reparadores, diciéndole que ellos son sus maestros a que venera tanto.

Entonces, el funcionario se dio cuenta de que su asesor no fue un viejo profesor ni un doctor sino los habitantes comunes. -0-